Importancia y Consecuencias
Los microplásticos, pequeñas partículas de plástico de menos de cinco milímetros, ya no son solo un problema de los océanos. Nuestros suelos también están cada vez más contaminados con microplásticos. Las consecuencias van desde cambios en la estructura del suelo hasta riesgos para la salud de humanos y animales, ya que los microplásticos pueden llegar incluso a nuestro cerebro a través de la cadena alimentaria.
¿Cómo llega el microplástico al suelo?
Los microplásticos llegan al suelo de diversas formas:
Agricultura: El uso de películas plásticas y cubiertas de plástico en el cultivo de frutas, verduras y espárragos contribuye significativamente a la contaminación. Los lodos de depuradora y el compost utilizados como fertilizantes también contienen grandes cantidades de microplásticos procedentes de aguas residuales domésticas, cosméticos y el desgaste de textiles sintéticos.
Desgaste de neumáticos y residuos: Los microplásticos llegan al medio ambiente a través del desgaste de neumáticos, la basura y las emisiones industriales, terminando finalmente en el suelo.
Fragmentación: Las piezas de plástico más grandes en el suelo se descomponen en partículas cada vez más pequeñas mediante procesos físicos, químicos y biológicos, hasta convertirse en micro y nanoplásticos.
Efectos de los microplásticos en el suelo
Los microplásticos alteran las propiedades físicas y químicas del suelo:
Estructura del suelo: Las partículas afectan el tamaño y la forma de los agregados del suelo, modificando la estructura de los poros, el equilibrio de aire y agua, y reduciendo la densidad del suelo.
Ciclos de nutrientes: Los microplásticos pueden influir en la disponibilidad de nutrientes, la actividad enzimática y la composición de las comunidades microbianas del suelo.
Organismos del suelo: Lombrices, colémbolos y otros organismos del suelo ingieren microplásticos, lo que puede afectar su vitalidad y reproducción. Las plantas también pueden absorber las partículas más pequeñas a través de las raíces y almacenarlas en las partes aéreas.
Absorción de microplásticos por plantas y animales
Plantas: Estudios demuestran que cultivos como el arroz, el maíz y el trigo pueden absorber microplásticos a través de las raíces. Las partículas se almacenan en las hojas y otras partes de la planta, reduciendo la capacidad fotosintética y, por tanto, el rendimiento de la cosecha.
Animales: Organismos del suelo como lombrices o caracoles ingieren microplásticos y contribuyen así a su distribución en el suelo. A través de la cadena alimentaria, los microplásticos llegan a insectos, peces y finalmente a los seres humanos.
Microplásticos en la cadena alimentaria y en el cuerpo humano
Cadena alimentaria: Se han detectado microplásticos en muchos alimentos, como mariscos, pescado, sal marina e incluso productos vegetales. Los humanos ingieren microplásticos principalmente a través de los alimentos, pero también por el agua potable y el aire.
Absorción en el cuerpo: En el tracto digestivo, las partículas de microplástico pueden ser absorbidas por las células intestinales. Las partículas más pequeñas (nanoplásticos) entran en el torrente sanguíneo y pueden acumularse en varios órganos, como el hígado, los riñones e incluso el cerebro.
Microplásticos en el cerebro: ¿cómo llegan las partículas allí?
Barrera hematoencefálica: Estudios recientes muestran que las partículas de microplástico de menos de un micrómetro pueden atravesar la barrera hematoencefálica. Esto ocurre cuando moléculas endógenas como el colesterol se adhieren a las partículas y facilitan su paso a través de las membranas.
Efectos neurológicos: En estudios con animales, se detectaron partículas de microplástico en el cerebro apenas dos horas después de la ingestión. Allí pueden alterar el flujo sanguíneo, causar inflamación y provocar trastornos neurológicos como cambios de comportamiento y deterioro cognitivo.
Conclusión
Los microplásticos en el suelo son un problema ambiental creciente con consecuencias de gran alcance. Estas partículas alteran la estructura del suelo, dañan plantas y organismos del suelo y llegan al cuerpo humano a través de la cadena alimentaria. Es especialmente preocupante la capacidad de los microplásticos para atravesar la barrera hematoencefálica y causar posibles daños neurológicos. Aunque la investigación aún está en sus primeras etapas, los hallazgos actuales subrayan la urgencia de reducir la entrada de plásticos en el medio ambiente y fomentar alternativas sostenibles.
El autor: Francesco del Orbe