Cómo la agricultura sostenible fomenta la biodiversidad
Cómo la agricultura sostenible fomenta la biodiversidad – y por qué también es una ganancia para los agricultores y el clima
Biodiversidad: La base de una agricultura saludable
La biodiversidad significa que en un paisaje viven muchas especies diferentes de plantas, animales, insectos y microorganismos. Cada especie cumple una función importante: abejas y mariposas polinizan las plantas, aves y aliados naturales como las mariquitas controlan las plagas, y los organismos del suelo, como las lombrices, aseguran suelos fértiles. Si se pierde la diversidad, estos ciclos naturales se desequilibran – con consecuencias para las cosechas, el medio ambiente y la seguridad alimentaria.
¿Por qué está amenazada la biodiversidad en la agricultura?
Monocultivos y agricultura intensiva: Cuando solo una especie vegetal crece en grandes extensiones, muchos animales y plantas silvestres pierden su hábitat.
Uso de pesticidas y fertilizantes sintéticos: Estos productos no solo matan plagas, sino también muchos insectos beneficiosos y organismos del suelo.
Falta de hábitats: A menudo faltan setos, franjas floridas, zonas húmedas y otros refugios – pero la naturaleza necesita un contrapeso para cada plaga, como aves o mariquitas. Estos aliados naturales desaparecen cuando pierden su hábitat.
¿Qué hace diferente la agricultura sostenible?
La agricultura sostenible trabaja con la naturaleza, no contra ella. Crea hábitats, fomenta aliados naturales y utiliza métodos de cultivo diversos:
Praderas y franjas floridas: Proporcionan alimento y refugio a abejas, mariposas y otros insectos – fomentando la polinización y el control natural de plagas.
Cultivos mixtos y cubiertas vegetales: Diferentes plantas crecen juntas en un campo. Esto atrae a diversos animales, mantiene las plagas bajo control y mejora la salud del suelo.
Setos, lindes y arbustos: Ofrecen refugio y lugares de anidación para aves, erizos y muchos otros animales.
Sin pesticidas ni fertilizantes químicos-sintéticos: En su lugar se usan compost, estiércol y leguminosas como trébol o habas, que mejoran el suelo y favorecen a los aliados naturales.
Zonas improductivas (“disponible de todos modos”): Taludes, márgenes de caminos o barbechos se conservan como hábitats y no se cultivan.
Importante: La naturaleza tiene un aliado para cada plaga. Para que estos enemigos naturales sean efectivos, necesitan refugios y hábitats que la agricultura sostenible crea y conserva.
Protección climática: Capturar CO₂ y reducir emisiones
La agricultura sostenible no solo protege la biodiversidad, sino que también ayuda activamente a la protección del clima:
Suelos como almacén de CO₂: El aumento de humus, cultivos de cobertura y la labranza reducida almacenan más carbono en el suelo y lo retiran de la atmósfera.
Agroforestería: Los árboles en los campos almacenan CO₂, protegen contra la erosión y ofrecen hábitat a muchas especies.
Menos emisiones: Evitar la labranza intensiva y los fertilizantes sintéticos reduce la liberación de CO₂ y óxido nitroso.
Energías renovables: El uso de energía solar y eólica en las fincas reduce aún más la huella de carbono.
Los estudios muestran que los métodos regenerativos y sostenibles pueden reducir las emisiones de CO₂ de una explotación agrícola hasta en un 15%, mientras que los rendimientos aumentan. Así, la agricultura puede pasar de ser parte del problema a ser una parte clave de la solución.
Ventajas para la naturaleza, los agricultores y el clima
Para la naturaleza:
Más biodiversidad: Hay más aves, insectos, flores y otros animales.
Suelos sanos: Lombrices y microorganismos mantienen la tierra fértil y suelta.
Mejor polinización: Más abejas y mariposas significan mayores cosechas de frutas y verduras.
Menos plagas: Enemigos naturales como mariquitas y aves regulan las plagas sin químicos.
Para los agricultores:
Menores costes en químicos: Evitar pesticidas y fertilizantes caros ahorra dinero.
Cosechas más estables y a menudo más altas: Suelos sanos y polinización natural aseguran cosechas fiables, incluso con clima extremo.
Nuevas fuentes de ingresos: Los productos sostenibles suelen tener mejores precios, y la venta directa o los sellos ecológicos abren nuevos mercados.
Más resiliencia: Las explotaciones diversas son más resistentes a plagas, enfermedades y variaciones climáticas.
Seguridad a largo plazo: Trabajar con la naturaleza permite gestionar la finca de forma sostenible y de futuro.
Para el clima:
Captura de CO₂: La agricultura sostenible almacena activamente CO₂ en el suelo y las plantas, en vez de liberarlo.
Menos gases de efecto invernadero: Las medidas adecuadas reducen notablemente las emisiones de CO₂, metano y óxido nitroso.
Contribución a la neutralidad climática: Así, la agricultura puede aportar mucho a la consecución de los objetivos climáticos.
Conclusión
La agricultura sostenible es un beneficio para todos: hace los campos y paisajes más coloridos, vivos y saludables – para animales, plantas, personas y el clima. Al mismo tiempo, los agricultores se benefician: ahorran costes, logran cosechas estables y aseguran el futuro de su explotación. Quien crea hábitats para aliados naturales y fauna silvestre aprovecha los ciclos naturales, necesita menos químicos y ayuda activamente al clima. Así surge una agricultura que conserva la biodiversidad, captura CO₂ y tiene éxito económico.
El autor: Francesco del Orbe