Estructura del suelo y su importancia
Imagina que paseas por el bosque o por un jardín y observas el suelo con atención. Lo que ves como “tierra” es en realidad una capa muy especial: la capa de humus. Se encuentra en los 10 a 30 centímetros superiores, justo debajo de la superficie.
¿Qué es la capa de humus?
La capa de humus es la parte del suelo donde se encuentra especialmente mucho humus. El humus es todo lo que queda de las plantas y animales después de su vida: hojas caídas, pequeñas ramas, raíces muertas e incluso restos de animales. Todo esto es descompuesto por lombrices, escarabajos, cochinillas y una infinidad de diminutos microorganismos como bacterias y hongos, convirtiéndose en una masa oscura y granulada.
¿Qué ocurre en esta capa?
En los 30 cm superiores ocurren muchas cosas interesantes: es la “vida bajo nuestros pies”:
Descomposición: Todo lo que cae al suelo es comido, triturado y descompuesto por pequeños y diminutos seres vivos. Esto lleva un tiempo, pero al final se convierte en humus.
Fábrica de nutrientes: En la capa de humus se liberan los nutrientes que las plantas necesitan. Es como si hubiera un supermercado justo debajo de las raíces: todo lo que la planta necesita está disponible aquí.
Reserva de agua: La estructura granulada del humus retiene el agua como una esponja. Esto es especialmente importante cuando no llueve y las plantas tienen sed.
Hábitat: En un puñado de humus viven más seres vivos que personas hay en la Tierra. Las lombrices excavan túneles y aflojan el suelo, permitiendo que el aire y el agua penetren mejor. Otros animales y microorganismos aseguran que todo funcione.
¿Por qué es esto importante?
La capa de humus es la parte más importante del suelo para las plantas, los animales y nosotros los humanos:
Sin humus no hay plantas: Las plantas obtienen su alimento y agua de la capa de humus. Sin ella, no podrían crecer.
Sin humus no hay vida: Los muchos pequeños seres vivos en la capa de humus mantienen el suelo sano y evitan que se convierta en una masa dura y sin vida.
Sin humus no hay protección climática: El humus almacena grandes cantidades de carbono y ayuda así a proteger el clima.
En pocas palabras
En un puñado de suelo sano viven más organismos que personas en la Tierra.
Imagina que el suelo es como un pastel:
Los 30 cm superiores son la capa sabrosa y suelta con muchas pasas y nueces: esa es la capa de humus. Debajo está la parte más firme.
Así como un pastel sin pasas ni nueces sabe aburrido, el suelo sin humus es pobre e infértil.
Qué ocurre con la desertificación y por qué el suelo debe permanecer siempre cubierto de vegetación
Cuando los suelos se desertifican
es decir, contienen cada vez menos humus y cada vez crecen menos plantas– sucede lo siguiente: las capas superiores e importantes del suelo se secan y son arrastradas por el viento o la lluvia. A esto se le llama erosión.
El suelo pierde su fertilidad.
Ya no puede almacenar agua y apenas ofrece espacio vital para animales y plantas. Donde antes había campos verdes, surgen áreas áridas y secas, similares a un desierto: a esto se le llama desertificación.
Por eso es tan importante mantener el suelo permanentemente cubierto de vegetación y protegerlo. Una cubierta vegetal densa mantiene el suelo unido, evita que se lo lleve el viento o el agua y asegura que se forme nuevo humus. Solo así el suelo permanece fértil, puede almacenar agua y sigue siendo la base para plantas, animales y nosotros los humanos. La cobertura vegetal permanente y la protección son, por tanto, la mejor manera de conservar suelos sanos y un entorno habitable.
El autor: Francesco del Orbe
