Una pieza clave en nuestro ecosistema
Posidonia oceanica: protectora del clima en el Mediterráneo – Por qué el aumento de temperatura amenaza la hierba de Neptuno
El Mediterráneo no es solo un destino turístico popular, sino también el hogar de un ecosistema especial: las praderas submarinas de Posidonia oceanica, también conocida como hierba de Neptuno. Estas plantas discretas desempeñan un papel crucial en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, el aumento de la temperatura marina las está poniendo en peligro. ¿Por qué ocurre esto y qué significa para nuestro clima?
¿Qué es la Posidonia oceanica?
Posidonia oceanica es una planta marina autóctona del Mediterráneo que forma grandes praderas submarinas. Estas praderas no solo son puntos calientes de biodiversidad, sino también verdaderos sumideros de CO₂. Mediante la fotosíntesis, fijan grandes cantidades de carbono, lo almacenan en sus hojas, rizomas y raíces, y depositan restos vegetales en el sedimento. Allí, el carbono permanece estable durante siglos o milenios—un auténtico almacén de CO₂ a largo plazo.
¿Por qué la Posidonia es una protectora del clima?
Las praderas de Posidonia son sumideros de carbono extremadamente eficientes. Por superficie, pueden almacenar hasta diez veces más carbono que las selvas tropicales terrestres. Esto se debe a que el carbono almacenado—el llamado “carbono azul”—queda atrapado en el sedimento y se conserva allí durante mucho tiempo.
Otros beneficios de las praderas de Posidonia:
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Biodiversidad: Proporcionan hábitat a numerosas especies, incluidos peces, tortugas, tiburones y aves migratorias.
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Protección costera: Las praderas protegen las costas de la erosión.
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Calidad del agua: Filtran contaminantes y microplásticos del agua.
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Producción de oxígeno: Producen grandes cantidades de oxígeno.
La amenaza del aumento de temperatura
Pero este valioso ecosistema está en peligro. El cambio climático y el consiguiente calentamiento de los mares afectan gravemente a las praderas de Posidonia. Estudios científicos muestran que un aumento de solo tres grados Celsius en la temperatura máxima del agua puede triplicar la tasa de mortalidad de la hierba de Neptuno. La planta crece muy lentamente y apenas puede adaptarse a cambios rápidos.
Las regiones más afectadas son el este y el centro del Mediterráneo, donde las temperaturas son más altas. Allí existe el riesgo de que grandes extensiones de praderas desaparezcan ya a mediados de este siglo. Además, otros factores de estrés como especies invasoras, que se expanden mejor con el calor, agravan la situación.
¿Qué ocurre si desaparecen las praderas de Posidonia?
Si las praderas de Posidonia mueren, no solo se pierde un hábitat esencial para muchas especies, sino también uno de los sumideros naturales de CO₂ más eficaces del mundo. El carbono almacenado en el sedimento se libera de nuevo y regresa a la atmósfera como CO₂, con consecuencias negativas para el clima.
Esto significa:
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En vez de fijar CO₂, las praderas destruidas se convierten en fuente de CO₂.
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Es un círculo vicioso: cuantas más praderas desaparecen, más CO₂ llega a la atmósfera—y eso acelera aún más el cambio climático.
¿Hay esperanza?
Sí, también hay desarrollos positivos:
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En algunas zonas occidentales del Mediterráneo, las temperaturas podrían mantenerse por debajo del umbral crítico, permitiendo la supervivencia de las praderas.
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Además, estudios muestran que ciertos mecanismos de adaptación—como el aumento en la producción de semillas—podrían favorecer la supervivencia de la especie en determinadas condiciones.
Sin embargo, es fundamental actuar ahora:
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La protección y restauración de las praderas de Posidonia es clave para la protección climática.
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Al mismo tiempo, debemos reducir drásticamente las emisiones globales para frenar el calentamiento de los mares.
¿Qué podemos hacer?
Todos podemos contribuir:
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Apoyar áreas protegidas: Promover y ampliar las zonas protegidas en el Mediterráneo.
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Turismo sostenible: Tratar el mar con cuidado—por ejemplo, no lanzar anclas en praderas de Posidonia.
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Fomentar la restauración: Apoyar proyectos de recuperación de praderas submarinas.
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Vivir el compromiso climático: Reducir la propia huella de CO₂ para frenar el calentamiento global.
Posidonia oceanica es una auténtica protectora del clima, pero su futuro es incierto. El calentamiento de los mares amenaza este ecosistema sensible y su capacidad de almacenar CO₂. Solo con protección constante y medidas globales contra el cambio climático podremos conservar las praderas y sus múltiples funciones.
Las praderas de Posidonia son una esperanza, pero no sustituyen una acción climática integral. Juntos podemos contribuir a que el Mediterráneo siga siendo un mar vivo y fuerte frente al clima.
El autor: Francesco del Orbe